Nuestro vermut nace en el Valle de Trevelin, Patagonia Argentina, con ingredientes que cuentan su origen. Usamos cerezas, manzanas y boysenberries de producción local seleccionadas a mano, y botánicos silvestres recolectados al pie del Cordón Situación, en nuestra Cordillera de Los Andes. Cada sabor es una expresión del paisaje que nos rodea.
Elaboramos en lotes pequeños, no más de 120 botellas numeradas, de forma artesanal.
Usamos solo:
Vino tinto Malbec o blanco Torrontés cuidadosamente seleccionados
Mosto natural de uva (en vez de azúcar refinada)
Cerezas, manzanas y boysenberries cosechadas a mano de nuestro valle andino
Botánicos aprobados por autoridades sanitarias nacionales (seguros, sin tóxicos ni alérgenos)
Alcohol neutro de cereal
Sin agua añadida. Sin colorante caramelo. Sin aditivos. 100% honestos.
Nuestro vermut no se elabora con agua. Por eso, tiene una intensidad que rinde más: necesitás un 40% menos por trago, en comparación con los vermuts convencionales. ¿El resultado? Más sabor, menos volumen, menos alcohol final en el vaso.
Una bebida más amable, natural y consciente.
Con ingredientes nobles de origen natural
Con identidad y trazabilidad
Sin azúcar refinada
Sin diluciones ni correcciones artificiales
Detrás de Arroyo Blanco hay un equipo pequeño pero decidido. Emiliano Pérez Caravello, Ingeniero en Alimentos y Magister en Desarroyo Territorial, lidera el desarrollo y la formulación de los productos. Pero el alma del proyecto está poblada de voces femeninas: Fernanda, Isabel, María, Alejandra y Juana, mujeres reales que inspiran cada etiqueta y cada sorbo.
Nos acompaña también un entramado de colaboradoras y colaboradores del Valle de Trevelin, ilustradores, diseñadoras, productoras, técnicas e investigadoras que enriquecen el proyecto con saberes y compromiso.
Hoy trabajamos junto al INTA Esquel y a docentes investigadoras de la Universidad Nacional de la Patagonia para incorporar botánicos nativos y adaptados al Código Alimentario Argentino. Porque innovar también es volver al origen.